La contaminación del agua
La contaminación
hídrica se entiende como la acción de introducir algún material en el agua
alterando su calidad y su composición química. Según la Organización Mundial de
la Salud el agua está contaminada “cuando su composición se haya modificado de
modo que no reúna las condiciones necesarias para el uso, al que se le hubiera
destinado en su estado natural”. El agua que procede de ríos, lagos y quebradas
es objeto de una severa contaminación, muchas veces producto de las actividades
del hombre.
El agua es
un elemento esencial de la naturaleza, contribuye al bienestar general del
hombre, de los animales y de las plantas. Es uno de los pocos elementos sin los
cuales no podría mantenerse la vida en el planeta.
A medida que crecen las poblaciones, se complican los ciclos
ecológicos de las aguas. Los habitantes de zonas urbanas descargan sus residuos
en ríos que en muchas ocasiones no son depurados y las industrias liberan
sin control sustancias que las bacterias son incapaces de eliminar.
Otro gran problema
del agua es el mal uso que se le ha dado. Se utiliza agua potable para regar
sembrados, para disfrute y recreación, y para diversos usos domésticos e
industriales. Se olvida muchas veces, que este es un recurso no renovable y vital
para el hombre y los seres vivos.
La contaminación del agua produce efectos nefastos en el medio ambiente.
La contaminación hídrica perjudica de la misma manera a países pobres como a
ricos. Pero la escasez de agua afectará de manera considerada a las
comunidades más vulnerables.
El agua es un recurso
natural que debemos conservar, por lo tanto debemos evitar su contaminación y
hacer un buen uso de ella, pues esta es un recurso no renovable.
Ejemplos de estrategias para evitar la contaminación del agua:
1.- No tirar basura en los ríos, lagos u océanos.
2.- Ayudar a limpiar cualquier basura que se ve en las playas, ríos y lagos.
3.- No desperdiciar el agua, ejemplo, no usando la manguera para lavar el auto, en cambio usar una cubeta de agua.